Entrecruzamiento diegético en 'La rosa púrpura del Cairo'


Joana Jacob Buenaventura

En esta película de Woody Allen ocurre un fenómeno bastante interesante con el tema de la ficción, pues me parece que existen dos ficciones en las que en un determinado momento se establece un entrecruzamiento de ambas. Así mismo, existen también dos diégesis y dos historias que se vienen dando por separado, sin embargo, lo interesante es que ambas historias, en cierto momento, se convierten en una sola.
Tratando de hacer la separación entre las dos diégesis propuestas, encontramos que la primera de ellas es la película como tal, donde actúan Mía Farrow, Jeff Daniels, Danny Aiello, etc., que equivale al mundo de Cecilia, donde vive con su esposo que la maltrata y donde trabaja en una cafetería. Este mundo tiene elementos propios, no equiparables con este mundo, el fáctico. En términos de Luz Aurora Pimentel, este mundo se encuentra poblado de seres, objetos y situaciones. Todas estas características son exclusivamente propias de ese mundo. Sin embargo, este primer mundo fictivo, cumple el papel de mundo real dentro de esta ficción.
La segunda diégesis podríamos decir que se encuentra inserta dentro de esta primera, en la del mundo de Cecilia. Se trata del mundo de Tom Baxter, pues este, como una diégesis aparte, contiene sus propios seres, objetos y situaciones, además posee una espaciotemporalidad distinta a la del mundo de Cecilia, pues mientras ella vive en Estados Unidos, Tom Baxter se encuentra en El Cairo. Pero en este caso, como se trata de una ficción, El Cairo que habita Baxter es también fictivo. Por eso, cuando interviene en el mundo real de Cecilia y la invita a comer, su dinero no tiene valor, pues es también fictivo. 
La distinción entre ambas historias ocurre de la siguiente manera: en la primera se narra la historia de Cecilia, una mujer que está casada con un tipo que la maltrata, no trabaja y la engaña con otras mujeres. Trabaja en una cafetería, le gusta ir al cine y conversar sobre las películas que ha visto. Un día, le ocurre que uno de los personajes de la película que ha visto por varias noches, sale de la pantalla y tienen un romance. En la segunda historia, se narra lo referente a Tom Baxter, un explorador que va al Cairo en búsqueda de la rosa púrpura, con lo que obtendrá mucho dinero y prestigio.
El entrecruzamiento entre diégesis ocurre en el momento en el que Tom Baxter sale de la pantalla de cine y se inserta en el mundo real, el de Cecilia. Ambos mundos se ven afectados porque se encuentran uno pendiente del otro y no pueden seguir su curso normalmente. En la sala de cine los espectadores se asombran enormemente –incluso una mujer se desmaya– y las acciones que se supone llevarían a cabo de una manera normal y como cotidianamente lo harían (terminar de ver la película en el cine, ir a su casa, etc.) quedan suspendidas por este acontecimiento, pues el público se queda en la sala en espera de que el personaje que se ha fugado regrese a la película y pueda concluir la historia y ellos continuar con sus actividades.
En el mundo de Baxter ocurre lo mismo, pero existe aquí más énfasis que en el mundo real, pues este mundo sí se paraliza totalmente. Sin uno de los personajes el curso de esa diégesis se ve afectado en mayor medida, pues las acciones no pueden continuar porque  falta uno de los elementos necesarios y propios de ese mundo. Los personajes no pueden continuar la historia como lo han hecho siempre, en todas las funciones, ya que la ausencia de un personaje los deja sin saber qué hacer, pues todo en ese mundo ya se encontraba determinado. Esto queda mejor asentado con la escena en que aparece un sacerdote y al ver que todavía no es su turno de participar, menciona: “yo entro hasta el rollo seis”.
Arriba mencionaba que existe también un entrecruzamiento entre historias, pues tanto la historia de Cecilia como la de Tom se cruzan en cierto momento y se vuelven una sola. Esto ocurre por el mismo motivo: la introducción de Tom en el mundo real. Tanto la historia de Cecilia y la de Tom se encuentran en planos distintos: si este personaje de ficción no hubiera salido de su mundo, Cecilia hubiera seguido con su vida cotidiana, con su historia propia. Con Tom ocurre la misma situación: su historia se encontraba ya establecida, tenía un inicio, un desarrollo y un desenlace que se hubieran llevado a cabo de manera normal de no ser porque este personaje decide abandonar su mundo. Sin embargo, cuando Tom abandona su mundo e ingresa al otro, al real, se forma una nueva historia, donde se narra el romance entre Cecilia y Tom y las consecuencias que este hecho (la inserción de un personaje fictivo en el mundo real) desencadena.
Otro fenómeno de gran importancia es la inserción de Cecilia –una persona que se supone que es real– en el mundo de Tom, que es el mundo fictivo. Este hecho me parece aún más complejo, pues la introducción de un elemento nuevo en un mundo en el que ya todo se encuentra determinado resulta caótico. No dejo de pensar en la reacción de la mesera cuando ve llegar una persona de más y esta afirma que siempre piden mesa para seis.
Existen ciertos detalles dentro de la película que son bastante cómicos, por ejemplo cuando Tom Baxter trata de defender a Cecilia del canalla de su esposo cuando intenta golpearla y Tom asegura que él ganará porque el libreto expresa que ese personaje es valiente y posee coraje. Esto me parece que es síntoma del determinismo con que se encuentra construida la ficción, pues en ella nada se puede cambiar. Sin embargo, es curioso que dicho determinismo no sepresente de igual forma cuando Tom se enamora de Cecilia, pues se supone que éste ya tiene asignada a una amada y esto también debería persistir.
Por ultimo, un detalle que me pareció bastante inteligente de parte del productor es que hace la distinción entre el actor que representa a Tom Baxter y el propio Tom, pues los separa en persona real y personaje de ficción.

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