Facticium


Napoleón Cruz

La propuesta del manto oscuro se vuelve cierta;
profanas, que entran, palabras por la puerta
como si la oscuridad, con la luz  en reyerta,
mandara: ¡levántate, despierta!

Tu voz de sirena se torna cavernosa
y encerar nadie puede sus oídos;
pérfida las ideas destroza,
mientras convoca a algún caído.

¡Danza, danza, para mí, danza!
Que el interno delirio atrapa,
igual que a la delicada red la mariposa
de oscuras alas y cara monstruosa.
Prevaricas con tus oraciones,
con tus rituales perturbas antiguos;
mas yo, de tu infusión, hago libaciones
para hacer los espíritus exiguos.

Perpetuado el conjuro impío,
no permitimos que alguien huya,
pues del severo castigo el miedo
ha vuelto fútil el denuedo:
tú no serás ya tuya
Ni volveré a ser yo mío.

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