Allí


José Manuel Cardentey Cuesta

Ya me voy, mariposa de crucigrama
Me voy de ti, me despido de tu alma
Voy a perderme en intrincada selva
Me voy y no sé si vuelva.

Allí, en el fondo de un cajón
Te dejo mis madrugadas perdidas,
Te dejo mis insomnios con cafeína,
Y un trozo de mi corazón.

Allí, colgando del cerrojo
Te dejo una tímida protesta
Con  los hilos de esta marioneta
Que tanto moviste a tu antojo.

Allí, en la última gaveta
Envuelto en telar invisible
Te dejo, aunque ahora inservible
Mis aires de poeta.

Allí, en la mesita de noche
Te dejo mis cartas con cursilerías
Si abrieras de tu corazón el broche
De seguro las entenderías.

Allí, perdido en ese reguero
Puede que encuentres un rencor
Y a la rosa, la verás sin florero
Pues allí, guardo el temor.

Allí, en el soporte del televisor
El final de este largometraje,
Más de una vez estuve en su rodaje
Para convertirme en espectador.

Allí, en la cajita de cristal
Están todas mis locuras
Las que como rio bestial
Desaparecían tu ternura.

Allí, sosteniendo las ventanas
Están mis excusas para verte,
De tanto planearlas quedó inerte
Tu imagen en mis sábanas.

Allí, dejé con la lámpara encendida
Mi más pequeña esperanza
De darte un beso de despedida
Con la respectiva cosquilla de mi panza.



Allí, encima del viejo reloj
Te dejo a su novia melancolía
Cuídala, para que un día
Recuerdes a quien te la dejó.

Allí te dejé en el gran espejo,
Mis ojos verdes que tanto quisiste
Como seré ciego en este viaje triste,
Envueltos en lágrimas te los dejo.
 
Allí, debajo del colchón que moldeamos
Están mis confesiones a la almohada
Entre ella y yo quedaban atrapadas
Las cosas que nunca hablamos.

Allí están con mi papel y mi lápiz
Las gracias porque hayas amado
A este esclavo libre pero cansado
Que se ahoga con su cáliz.

Allí, meciéndose en el sillón te dejo
Todos mis esfuerzos por complacerte
Y la ilusión de que tu amor adolescente
Me duraría hasta llegar a viejo.

Allí, descansando en el teléfono estará
El millón de vigilias que te hice
Si quieres saber cuánto te quise
Pregúntale, que te contestará.

Si crees que te dejé demasiado
Siento decirte que te equivocas,
Me llevo el sabor de tu boca
Y las horas que pasé a tu lado.

También me llevo celosamente guardado
Los amaneceres que viví contigo,
Lo que queda de mi corazón mendigo,
Y la dicha de que me hayas amado.
 
También me llevo el dolor más intenso
Que corazón humano haya sentido,
Ni el más fiel incienso
Salva a este ser vencido.

La nostalgia por haber sido tu prioridad
Se va aferrada en mi mente
Mientras que no ser más tu deidad
Me irá consumiendo lentamente.



También me llevo la loca ventura
De haber sido tu amante clandestino,
Aunque mi amor se ataba a la censura
Siempre de modo repentino.

De igual manera me acompaña
Este viejo baúl de los recuerdos
En el eché nuestro primer beso
Al igual que nuestra última campaña.

¿Te acuerdas de Juana y su hermana?
Pues bien, las dos volaron de mi mente
Pero a tu dulce amor inocente
Lo recordaré hasta la última cana.

Allí, en la pared te dejo plasmado
Las frases de amor que me arrancaste
Pero me llevo una que habías grabado
Donde me pedías nunca olvidarte.

Así que adiós, mariposa inocente,
Se despide este servidor aguerrido
Convencido de que aún en el olvido
Te amaré eternamente.

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